Hablaremos sobre cómo identificar la fatiga crónica, una enfermedad de difícil tratamiento, que no tiene exámenes específicos para su diagnóstico, y para el que nos basamos casi por completo en la historia clínica del paciente.

¿Una clave? Es muy común que acompañe a enfermedades como la fibromialgia.

Para poder identificar la fatiga crónica habría que decir primero que por sus características es considerada un síndrome, es decir una enfermedad que se compone de una serie de síntomas asociados y que usualmente se repiten entre quienes la padecen.

También se la conoce como encefalomielitis miálgica o síndrome de fatiga crónica y se la considera como una enfermedad grave.

Origen de la fatiga crónica

No se sabe qué la causa, se piensa que podría haber alguna predisposición genética, o algún detonante como un accidente, alguna infección o alguna situación familiar o laboral seria o que causó un distrés significativo.

Se encuentra mucho más entre personas adultas, sobre todo mujeres (lo que no significa que los hombres no puedan tenerla), de entre 40 a 60 años.

Recordemos que las estadísticas pueden variar de acuerdo a muchos factores, son diferentes en cada lugar, y en ocasiones son solamente una aproximación a lo que está ocurriendo para poder comprender el contexto de la enfermedad.

¿Cómo describo la sensación de la fatiga crónica de acuerdo a mi experiencia?

Yo la he descrito como un estado en el que sientes que llevas amarrados a cada brazo y cada pierna unas pesas muy grandes, y una faja que te aprieta el tórax y el abdomen, restringiendo tu movimiento y permitiéndote tan solo respirar lo suficiente.

¿Te imaginas vivir así un día… un mes… un año… dos?

¿Te imaginas tener que trabajar, caminar, subir y bajar de un bus, cargar a un niño y jugar con él, en estas condiciones?

Lo importante para reconocer la fatiga crónica está entonces en sus síntomas, que son variables e impredecibles.

Síntomas de la fatiga crónica

  • Sensación de fatiga severa. El diccionario define la fatiga como cansancio extremo y dificultad para funcionar debido a la falta de energía. Sin embargo, en este caso la fatiga se presenta incluso después del descanso y no mejora con el sueño ni con actividad alguna que permita recuperar dicha energía. Por lo tanto, podemos tomar esta fatiga como algo fuera de lo normal. Por supuesto esta fatiga se vuelve insostenible luego de cualquier esfuerzo sea este físico o mental, confinando a quienes la padecen a estar en cama.
  • Dificultades con el sueño. Estos problemas del sueño tienen que ver con el ciclo del sueño en realidad. Y al igual que sucede en otras enfermedades pueden tener que ver con la calidad o con la duración del sueño. Es decir, puede haber insomnio, que puede ser de conciliación (no te puedes quedar dormido) o de mantenimiento (no puedes permanecer dormido), o hipersomnia (desproporcionado e incontrolable sueño).
  • Dolor corporal intenso e inexplicable, es decir sin causa aparente. Es por este punto que se asocia con la fibromialgia comúnmente.

 

  • Dificultades para pensar, esto puede ser en cuanto a la calidad del pensamiento o al tiempo que podemos mantener el pensamiento. Suele haber periodos de confusión, incluso de obnubilación (perdida pasajera del entendimiento y la capacidad de razonar o ver con claridad las cosas), incapacidad para mantener la concentración, problemas con la memoria, entre otros problema.

 

  • Sensación de mareo. Que se presenta de forma e intensidad variable.

Todos estos síntomas no tienen al parecer causa aparente y suelen acompañar por largo tiempo a quien padece de este problema.

¿Qué podemos hacer?

Ahora que ya hemos explorado sus síntomas sería importante conocer qué podemos hacer, qué nos dice la literatura de la forma de tratar la fatiga crónica.

Te contaré sobre mi experiencia y espero que pueda servirte, porque he puesto en práctica algunas herramientas.

Te menciono las siguientes para que puedes irte familiarizando con ellas: Yoga Terapéutico, Método Feldenkrais, masaje, terapia con Flores de Bach, Mindfulness, entre otras cosas.

Espera entonces mi próximo artículo sobre consejos para aliviar la fatiga crónica y recuperar tu vitalidad.