Para saber cómo gestionar el dolor crónico con la práctica del Yoga Terapéutico es fundamental entender primero qué implicaría que lo escojas.
¿Qué puedes esperar de practicar Yoga Terapéutico?
1.- El Yoga es una disciplina, lo cual significa que tendrás que ser constante, de lo contrario no existe beneficio sostenido.
2.- Cuando hablamos de Yoga Terapéutico nos referimos a que su práctica contiene elementos que conducen a asimilar de esta disciplina lo mejor para procurar la salud de quien la realiza y evitar daños y posibles lesiones.
3.- Al ser una disciplina, habrán momentos de cansancio y sobre todo de frustración, porque debes esforzarte. En ocasiones no será placentero y a momentos sentirás que retrocedes. Paciencia contigo y fuerza de voluntad será lo que te ayude más.
4.- Si tienes preguntas no dejes de hacerlas a tu instructor, sobre todo al surgir cansancio o malestar. Resuelve prontamente lo que crees que no está funcionando para que evites problemas, tanto si están a nivel físico como emocional.
5.- Necesitas descansar y comer adecuadamente para sostener tu práctica de manera exitosa.
6.- Recuerda que te estás entrenando, por lo tanto no puedes esperar resultados de un momento para el otro, el tiempo es vital para que vayas observando resultados y que te sientas cómodo.
Bajo estas consideraciones, podemos hablar entonces de que el Yoga Terapéutico logra beneficios muy acentuados en quienes lo practican de forma consistente.
Uno de los beneficios más llamativos para la mayor parte de personas que han practicado Yoga es la mejora en el manejo corporal, tanto en resistencia, flexibilidad y fuerza muscular.
Esto se debe a que para poder realizar las asanas de Yoga se requiere preparación física y mental. Se hacen ejercicios previos que mejoran las condiciones del organismo y tienen repercusión en el estado emocional y mental.
Cambios al practicar Yoga Terapéutico
Quienes practican Yoga empiezan a observar que poco a poco ciertas cosas que hacían antes, ciertos alimentos que consumían y ciertos hábitos que tenían, dejan de gustarles.
El cuerpo se autorregula y poco a poco empiezan a encontrarse con aspectos que incorporan a su vida y que hacen un efecto sinérgico en la mejora de su salud.
Cambian hábitos y patrones en los distintos campos de la vida. El sueño mejora, la alimentación se vuelve más consciente (independientemente de que opten por un tipo específico o no), el trato con otros es más adecuado y encuentran soluciones más armónicas a sus conflictos y espacios más agradables.
Las horas en cada sesión de Yoga se convierten en un momento atesorado y de disfrute, en ocasiones no solo personal sino también compartido. El dolor se va convirtiendo en un malestar tolerable y en el mejor de los casos en un recuerdo.
Sin embargo, no todo es para todos y hay varias herramientas para gestionar el dolor crónico. Una de las que conozco mejor es el Yoga Terapéutico.
Otra excelente herramienta, y que personalmente me ayudó a “desatar” los últimos “nudos” de dolor fue el Método Feldenkrais, cuyos beneficios proceden de sus efectos sobre el Sistema Nervioso Central.
Si finalmente, después de intentarlo, llegas a la conclusión de que el Yoga no es para ti, cambia tu práctica a otra disciplina, pero no dejes de buscar la forma de mejorar tu salud de manera profunda.
Espero que todo esto te ayude a aplicar el Yoga Terapéutico a tu situación de dolor crónico, te cuento un poco más sobre mi propia experiencia en el enlace que acabo de dejarte aquí.
Por último, no olvides que un diagnóstico no te define, tú eres mucho más que eso.